Más de la mitad de los niños que toman Tamiflu sufren efectos secundarios como náuseas, insomnio y pesadillas, según dos nuevos estudios.
Las ventas del medicamento se han disparado en los últimos meses.
Los resultados de dos investigaciones de la Agencia de Protección de la Salud del Reino Unido afirman que una gran proporción de los niños que tomaron el medicamento usado para combatir el virus H1N1 -cuyo ingrediente activo es el oseltamivir- dijeron sentir malestares.
La información fue recabada en tres escuelas de Londres y una en el sudoeste de Inglaterra cuyos alumnos habían tomado la droga para prevenir la enfermedad luego de que compañeros que habían viajado a otros países contrajeran el virus.
Ambas investigaciones, publicadas en la revista médica Eurosurveillance, observaron los efectos secundarios experimentados por niños de 11 y 12 años .
De los 248 alumnos que participaron en uno de los estudios, 51% tuvo efectos secundarios: 31% se sintieron descompuestos, casi un cuarto (24.3%) tuvo dolores de cabeza y uno de cada cinco sufrió dolores de estómago.
Malestares diversos
El otro estudio demostró que 40% de los niños tuvo malestares gastrointestinales como náuseas, vómitos, diarrea y dolores de estómago, mientras que 18% presentó “efectos colaterales neuropsiquiátricos” como poca concentración, dificultad para pensar claramente, problemas para dormir, pesadillas o “comportamientos extraños”.
Muchas escuelas en el mundo se cierran por temor a contagios.
Los estudios se realizaron durante abril y mayo, antes de que el gobierno británico decidiera detener el uso preventivo del Tamiflu.
El jefe médico del gobierno británico, Liam Donaldson, dijo a la BBC que este medicamento debe prescribirse a los niños cuando éstos muestran algún síntoma de la enfermedad, pero que los efectos secundarios de todas maneras son “menores”.
“Todos los medicamentos tienen efectos secundarios. Es cuestión de poner en la balanza los beneficios que tendrá el paciente junto con los efectos secundarios”.
Donaldson afirmó a la BBC que los menores de cinco años son los que tienen los mayores índices de hospitalización del país.
Los niños menores de cinco años, así como las embarazadas y las personas que sufren otras enfermedades infecciosas, son los grupos más susceptibles de contraer la gripe porcina.